Pocas cosas pueden llegar a cambiar la vida de una persona como los desastres naturales. Después de una enfermedad, un desastre natural es un evento cuyas consecuencias impactan tan fuerte, que la vida de los involucrados no vuelve a hacer la misma.
No es raro enterarse de casos en los que los desastres naturales arrebataron todo lo que una familia poseía. Esas personas, en situaciones así, solo cuentan con la filantropía de otros para poder reiniciar con sus vidas y salir adelante.
Monterrey y su área metropolitana
Se ha visto afectada varias veces por desastres naturales. Cáritas de Monterrey siempre ha colaborado en estos eventos, de diversas maneras, para hacer que los más afectados sobrelleven su situación. La base se encuentra en un trabajo de sensibilización constante, dirigida a concienciar a la comunidad. Lo que se busca es que sector público y privado, organizaciones no lucrativas y ciudadanos brindemos a los damnificados apoyo con donativos económicos y en especie.
Por supuesto, la ayuda no se limita a catástrofes locales: Cáritas busca el bienestar de aquellos afectados por desastres naturales en el área metropolitana, en México o en cualquier parte del mundo. Algunos de ellos no son comunes en nuestra zona geográfica, mientras que otros sitios son continuamente afectados por ellos. Sismos, tornados, tsunamis, huracanes, tormentas tropicales, inundaciones e incendios forestales se consideran desastres naturales, pues afectan fuertemente el bienestar de los seres vivos.
De forma recurrente o inesperada, los desastres naturales dejan a su paso una gran cantidad de necesidades en los afectados. Techo, alimentación, ropa, agua, higiene, salud, vialidades, servicios… todo se ve trastocado por la fuerza de un desastre natural.
¿Qué sería de los damnificados sin la ayuda que cada uno de nosotros?
Tan solo en el año 2018, a través de Cáritas de Monterrey, personas dentro de diversos sectores de la sociedad lograron apoyar con sus aportaciones a más de 7,500 personas, así como un impacto de beneficio comunitario de más de tres millones y medio de pesos. .
Cuando extendemos el brazo y brindamos auxilio en situaciones difíciles, nos queda la satisfacción personal de haber ayudado y ser parte de algo grande, más grande que nosotros. Dar una solución, hacer que las carencias sean menos, colaborar a que las tragedias se vayan como llegaron, siempre será gratificante.
Cuando Cáritas de Monterrey realice alguna campaña en apoyo a los afectados por desastres naturales, ¡únete! Cualquier ayuda que puedas ofrecer, ya sea económica, en especie o como voluntario, será un gran alivio para alguien. ¡Cáritas lo ha vivido varias veces! Tú conoces bien el sentimiento de ayudar a otros, lo has hecho antes… ¡hacerlo en casos de desastre natural es imprescindible!