Imagina por un momento que nuestra sociedad comienza a prevenir en lugar de remediar. En el momento que una familia comienza a conformarse, los padres se preparan, estudian y se ponen de acuerdo para crear hábitos saludables en sus hijos. Desde que nacen, los pequeños viven una cotidianidad sana, tanto en su alimentación, como en sus actividades. Comparten tiempo lejos de las pantallas, hacen ejercicio en familia y participan en actividades culturales. Viven, en una armonía que les hace estar saludables, enfrentar sus retos personales con vigor y actitud entusiasta. Eso es, a grandes rasgos el ideal de la salud comunitaria.
El concepto de salud comunitaria
El concepto de salud comunitaria surgió en 1920 e inicialmente estaba enfocado en el prevenir enfermedades y prolongar la vida. Sin embargo, se fue enriquecido al asociar la idea de salud con el equilibrio de nuestra mente, nuestro espíritu, el entorno social y ambiental en el que nos desarrollamos. Nuestra salud física no solo depende de una alimentación balanceada y ejercicio regular. Existen factores que pueden hacernos poco funcionales y débiles ante las adversidades. En cambio, una persona con sólidas bases mentales y saludable, está preparada para resolver mejor sus problemas y ser útil a su comunidad.
Como sociedad hemos descuidado mucho nuestra salud comunitaria. Hemos privilegiado el remedio sobre la prevención, pero sobre todo hemos descuidado a nuestros pequeños, quienes crecen sin el debido cuidado en sus hábitos. La salud comunitaria busca contrarrestar esta tendencia. Es mejor educarnos en lo saludable y crecer con buenos hábitos, en lugar de tener que consumir medicamentos y limitar nuestras capacidades físicas.
Cáritas de Monterrey ha trabajado durante casi 4 décadas en proteger la salud comunitaria en las zonas de mayor vulnerabilidad en nuestra entidad. A través de sus diferentes áreas, Cáritas de Monterrey se ha dado a la tarea de crear brigadas de salud y dispensarios médicos para mitigar y prevenir enfermedades entre las personas de escasos recursos, sin importar su género, credo o edad. Adicionalmente ha desarrollado un sólido programa para alimentar sanamente a miles de personas en zonas rurales y urbanas. Gracias al apoyo de más de 16 mil voluntarios y la generosidad de gente como tú, la misión de Cáritas se ha venido cumpliendo.
Siempre hay más por hacer en materia de salud comunitaria. Cada voluntariado y cada donación nos permite seguir fomentando el bienestar entre quienes menos tienen. ¿Te gustaría ser parte de este gran esfuerzo? Únete a Cáritas de Monterrey, sé voluntario o haz tu donativo y apoya la salud comunitaria de nuestra entidad.