¿Recuerdas tus tiempos como estudiante de primaria o secundaria? La hora del descanso, cuando tenías oportunidad de convivir con tus amigos y reconocer en qué se parecían, en qué eran distintos, ¿y seguir siendo amigos? También había otros niños, con los que no te gustaba compartir o pasar el rato. El maestro les hablaba del respeto y que todos fueran amigos, de esta forma trataba de inculcar el valor de la fraternidad.
¿Qué significa el valor de la fraternidad?
Ser fraterno en estos tiempos puede ser difícil, sin embargo, es lo más necesario.
Nos hemos sumergido en una mezcla de egocentrismo, prisa y desesperanza. Y es verdad, no es del todo nuestra culpa, porque la inercia nos arrastra y se vuelve una incómoda “zona de confort”. Los seres humanos fuimos dotados con voluntad y conciencia, y cuando acudimos a ella, reconocemos el valor de la fraternidad para recuperar lo que realmente importa: el corazón.
Somos distintos, cada persona, comunidad, o grupo de fe, es diferente y tiene distintos anhelos y necesidades. Muchas veces tanta diversidad genera oposiciones y extremos que nos desconciertan, pero hay que dedicar un momento para pensar: ¿me está haciendo daño de verdad o es mi ego el que se queja? ¿Cuáles son los límites reales de la expresión de mí mismo y mis necesidades? El valor de la fraternidad nos guía en esta meditación: tolerancia, entendimiento y diálogo.
La importancia de la fraternidad humana
El Papa Francisco, en referencia al valor de la fraternidad, expresó hace algunos años: “es el momento de la certeza que un mundo sin hermanos es un mundo de enemigos. Quiero subrayar esto. No podemos decir: o hermanos o no hermanos. Digámoslo bien: o hermanos, o enemigos. Porque la prescindencia es una forma muy sutil de la enemistad. No solo hace falta una guerra para hacer enemigos (…) Basta con esa técnica —se ha transformado en técnica— esa actitud de mirar para otra parte, prescindiendo del otro, como si no existiera”. (Vatican News)
Tenemos un reto muy importante como sociedad, pero también como personas. ¿De qué manera nos relacionamos con nuestro mundo? ¿Somos fraternos? ¿Excluimos o discriminamos en nuestra actividad cotidiana?
El valor de la fraternidad es el que nos hace trascender las fronteras impuestas por el ego y nos permite crecer y ayudar.
En el marco del Día Internacional de la Fraternidad Humana, Cáritas de Monterrey hace un llamado a la fraternidad porque es el camino para que todos seamos hermanos.