¿Cuáles son los frutos del espíritu santo?

Una paloma blanca que surca los cielos tras el diluvio nos recuerda lo que significa el Espíritu Santo: es ese vínculo inquebrantable, invisible e ineludible que nos une al Padre. Al ser bautizados, recibimos al Espíritu Santo y nuestros padres y padrinos nos guiarán en el compromiso que hemos adquirido y de vivir conforme a las enseñanzas de Jesús, pero, ¿cuáles son los frutos del Espíritu Santo? 

Frutos del Espíritu Santo, alimento supremo del alma

Al bautizarnos recibimos del Espíritu Santo semillas de las virtudes que definen a un hijo de Dios. Con la ayuda de nuestros padres, padrinos y sociedad en general, crecemos estas semillas que irán germinando conforme vamos creciendo. 

La responsabilidad de nuestros allegados es crucial en ese momento, pues de ellos depende que desde pequeños sepamos cuáles son los frutos del Espíritu Santo y que surja el anhelo por alcanzarlos. 

Los frutos del Espíritu Santo son el alimento supremo del alma, la hacen crecer en consciencia, fortaleza y amor. Es la manera en que Dios nos brinda una idea de lo que es la gloria eterna a su lado. Si con disposición y humildad, vamos aceptando la voz del Espíritu Santo, podremos gozar de este alimento sagrado. 

¿Cuáles son los frutos del Espíritu Santo? 

1. Caridad. El amor vuelto acción en favor de nuestros semejantes. Disposición entera para brindar ayuda de cualquier manera. 
2. Gozo. El amor que se manifiesta en alegría. Sobrevuela obstáculos, sinsabores y nos mantiene en vilo.
3. Paz. Sin agitación ni sobresaltos por los problemas cotidianos. Con la fe puesta en Dios. 
4. Paciencia. Transita las dificultades con la certeza de que nada es eterno, que cualquier adversidad o incertidumbre pasará.
5. Longanimidad. La certeza de que el tiempo y la perseverancia traerán el resultado anhelado.
6. Benignidad. Disposición a hacer el bien a los demás.
7. Bondad. Desear el bien al otro.  
8. Mansedumbre. Aceptación del tiempo que lleva cada proceso, sin resentimiento contra sus semejantes. 
9. Fidelidad. Mantenerse firme en el compromiso de un vínculo: amistad, amor, hermandad, etc. 
10. Modestia. Carente de presunción, humildad. 
11. Continencia. Saber refrenar impulsos del cuerpo sin que ello implique frustración o enojo.
12. Castidad. Conservar la pureza.

Todos los frutos son importantes en la vida de un hijo de Dios, la caridad tiene la cualidad de ser origen de otros frutos. Del amor por los hermanos, de la conmiseración por sus penas y carencias, surgen la bondad y la benignidad, que a su vez propician la paz, el gozo. Poco a poco, el Espíritu Santo se erige en el centro de nuestra vida, lo abarca todo y nos sentimos plenos, sin carencias, cerca de Dios. 

Frutos del Espíritu Santo en tu vida cotidiana

Ahora que ya sabes cuáles son los frutos del Espíritu Santo, es probable que te preguntes cómo vivirlos en tu vida cotidiana. Es muy sencillo, el Espíritu Santo nos habla continuamente a través de nuestros hermanos. Nos pide salir de la zona de confort y estar atentos a la natural vocación de servicio que tiene el ser humano. 

Mantengamos presente la trascendencia de la caridad en nuestra vida, haciendo el bien a quienes nos rodean, necesitan ser protegidos. La oportunidad de disfrutar los frutos del Espíritu Santo está en un día a día, atento al sacrificio por los demás, al deseo de brindarse y ayudar. Cáritas de Monterrey te invita a ser parte de trabajo en equipo por construir el reino de Dios. Cultiva tu caridad y crece tu espíritu junto con nuestros voluntarios y donantes. ¡Conócenos y únete a Cáritas de Monterrey!