Hasta hace algunos meses, la vida de Lizeth Saraí y sus padres parecía no tener un futuro favorable. Los múltiples padecimientos de la pequeña y la condición económica precaria de su familia impedían la posibilidad de vivir mejor. Con apenas tres años, Lizeth sufre de alergia alimentaria, diarrea crónica, colitis eosinofílica y displasia broncopulmonar. Todo ello hace que requiera medicamentos, alimentación especial y una cantidad adicional de pañales desechables, que inevitablemente superan la capacidad adquisitiva de sus padres.
La joven familia vive en el municipio de García, en una casa que un familiar les renta, pero que no siempre pueden pagar. En este humilde entorno, Lizeth ha mostrado una fortaleza de espíritu única que anima a sus padres a luchar por vivir mejor. Su mamá Susana nos relata que durante su embarazo, le detectaron rubeola, por lo que le advirtieron que sería un proceso de alto riesgo. Cuando cumplía la semana 32, le practicaron cesárea pues notaron que el bebé ya no estaba creciendo.
Lizeth nació con un peso de 810 gramos y con apenas 35 cm de altura. Permaneció en el hospital durante 2 meses, hasta alcanzar los 2 kilos de peso. A los 5 meses, la pequeña presentó problemas respiratorios severos, diarrea y deshidratación. De vuelta al hospital, le practicaron estudios que dieron como resultado alergia alimentaria al trigo, fécula de maíz, pollo y papa, entre otros, además de diarrea crónica, colitis eosinofílica y displasia broncopulmonar.
Los elevados gastos que implican la atención de Lizeth han hecho sentir a sus papás en la desesperanza. Susana había pensado en hacer piñatas para obtener un ingreso extra y vivir mejor, pero el sueldo de su esposo Gregorio como soldador, no alcanzaba siquiera para realizar una pequeña inversión.
La situación es apremiante, pues debido a sus padecimientos, Lizeth presenta ya un atraso en su crecimiento y desarrollo motriz. A sus 3 años, luce apenas como una pequeña de un año, apenas ha comenzado a hablar. Aún no camina, solo gatea, pues sus piernas aún no la resisten. La terapia de rehabilitación física y de lenguaje son fundamentales para que pueda vivir mejor.
Mediante las donaciones que recibe Cáritas Monterrey, Lizeth y su familia han comenzado a recibir apoyo para poder vivir mejor
Tu apoyo permite solventar las necesidades de pequeños que como Lizeth, se aferran a la vida con toda su energía, y nos dan en ejemplo de superación, amor y alegría. ¡Únete a la misión de Cáritas de Monterrey!
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