Hace 60 años que la Organización de las Naciones Unidas promulgó para todos sus países la Declaración Universal de los Derechos de los niños. En ella se estipula el derecho fundamental de todo pequeño a una buena alimentación. “Ningún niño debería pasar hambre o sufrir de inanición”, dice el documento que, lamentablemente, difiere mucho de la realidad. Muchos niños en México y en el mundo padecen los estragos de la desnutrición aguda, que les quita lentamente la esperanza de vida.
¿Qué es la desnutrición aguda?
Se trata de uno de los problemas más delicados de los países en vías de desarrollo. Ataca vorazmente a los niños, que son los más sensibles a la falta de alimentos, sequías, situación de pobreza e insalubridad. Existen tres tipos de desnutrición aguda:
- Desnutrición aguda leve: aunque el peso es normal para la edad del niño, su talla resulta inferior al percentil.
- Desnutrición aguda moderada: en este caso, la talla es adecuada, pero el peso es menor en relación a su estatura.
- Desnutrición aguda grave: el peso del niño es inferior en 30% o más de lo que debería ser. Sus funciones corporales están alteradas y hay un alto riesgo de muerte.
Consecuencias de la desnutrición infantil
La falta de una atención oportuna a la desnutrición infantil aguda tiene graves consecuencias en el desarrollo físico y cognitivo de un niño. Es muy importante actuar con prontitud ante un diagnóstico de desnutrición, pues el pequeño queda vulnerable ante enfermedades infecciosas. La malaria, la diarrea, la neumonía, la tuberculosis y otras enfermedades pueden ser mortales para los niños con desnutrición.
Para una sociedad, cada niño con desnutrición implica una alerta roja en su futuro. Un niño que no crece en las condiciones óptimas, difícilmente ofrecerá a su comunidad el fruto de sus habilidades y talentos plenamente desarrollados. Es por ello que una de las prioridades de Cáritas Monterrey es atender a los niños en condiciones vulnerables y ofrecerles una alimentación sana. De este modo favorece su transformación en hombres y mujeres sanos.
Para alimentar a niños en situación vulnerable, Cáritas de Monterrey cuenta con su propio Banco de Alimentos. Gracias a éste se atienden tres áreas principales: nutrición comunitaria urbana, nutrición comunitaria rural y atención a organismos de la sociedad civil.
Con 30 años de operación, el Banco de Alimentos de Cáritas Monterrey cuenta con 12 unidades de recolección de alimentos, una cocina móvil y diversos centros de distribución. Tan solo en 2018, el Banco de Alimentos de Cáritas Monterrey entregó más de 5 mil toneladas de alimento, 121,734 raciones de comida preparada, 89,533 raciones de leche para niños y 145,935 despensas.
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