La preparación de los alimentos está cada vez más fuera de nuestros hogares. El ritmo de vida nos mantiene alejados de casa y con poco tiempo para cocinar. A menudo saciamos nuestro apetito con alimentos en la calle, sin poner atención en dónde y cómo preparan los alimentos.
¿Qué es inocuidad alimentaria?
Esta situación es delicada pues si bien la mayoría de las veces no pasará de un malestar estomacal, existen riesgos más graves que pueden derivar en la muerte.
Esta es la gran relevancia que tiene la alimentación inocua, es decir, que exista la certeza de consumir alimentos libres de contaminantes. En su sentido más estricto, gracias a una alimentación inocua no sufrimos ninguna enfermedad o intoxicación alimentaria.
Este concepto aplicado a los alimentos implicaría que además de una higiene en el manejo de los ingredientes, también se observa que sean saludables, que no excedan límites de azúcar, sal o grasa. Es decir, los alimentos inocuos son higiénicos y saludables. Al enfocarnos en la calidad higiénica, es importante detallar que cada ingrediente incluido en la preparación del alimento esté libre de toxinas, gérmenes o bacterias que puedan desencadenar una enfermedad.
Los alimentos inocuos son tratados con suma higiene desde “la granja hasta el plato”. Eso implica un compromiso de la industria alimentaria que deben continuar quienes procesan los alimentos en casa o centros de consumo.
Reglas básicas para garantizar la inocuidad de los alimentos
Existen reglas básicas emitidas por la Organización Mundial de la Salud para mantener la inocuidad de los alimentos cuando se preparan en casa. Por ejemplo, lavar frutas y verduras con agua y jabón. Lavar la tabla de picar y el cuchillo tras cada ingrediente procesado. También debes cocinar siempre con las manos limpias y mantener temperaturas seguras (-5° C en el refrigerador y 60 °C en la estufa), así como cocinar completamente y mantener separados los alimentos crudos de los cocidos. Todo ello permite garantizar una alimentación inocua.
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Por otro lado, a esta inocuidad “química”, se ha incorporado una nueva interpretación, que se refiere en términos de salud: que los alimentos nutran y eviten la obesidad, desnutrición, adicción al azúcar, exceso de sal o grasas saturadas. Y es que, si analizamos este aspecto, aunque los excesos no provoquen una enfermedad de inmediato, sí la provocan a mediano o largo plazo.
Es vital que demos prioridad a una alimentación inocua. En el Banco de Alimentos de Cáritas de Monterrey se trabaja no solo en el proceso de los alimentos donados, sino también se busca que lleguen alimentos inocuos a las personas en situación vulnerable.